Que semana! Ya se ha comvertido en una costumbre agarrar una anemia a mitad de temporada. El año pasado tras la quebrantahuesos y este a mediados de mayo.No queda otra que levantar el pie, suministro de hierro y demas historias que en teoria levantan los niveles sanguineos, mientras tanto pues a arrastrarme haya por donde vaya y desangrarme por la nariz cosa fina. Centremonos en la batalla del domingo en la que quizas debi quedarme en casa.
Carrera mitica de la vuelta a los pinares segovianos, este año con un tiempo fresco y lluvioso del que no nos libramos.
Alli nos presentamos 6 corredores del equipo; Dani, David, Hilario, John, Javi y yo, a parte de numerosos conocidos, cada año mas.
Ya en carrera, primeros kms con viento de cara, numeroso ataques sin fructificar, muchos nervios por ello y fuertes caidas de las que soy testigo.Todo ello bajo una tormenta que nos empapa y empapa la carretera durante varios kms.
Es por el km 70 cuando en un tramo de carretera estrecha, sinuosa y mal asfaltada, en una subida sin gran dificultad se parte el bacalao.
Resulta muy complicado estar bien colocado, por el espacio de la carretera y por el poco fuelle que muevo estos dias. Asi caigo en el ultimo bagon de la carrera, tras varios kms remando junto con otros 12 ,con viento a favor y de lado camino a Segovia (en mi grupo Dani y John), con Hilario en el grupo delantero como supervivientes del jaleo anterior.
Llegamos al circuito segoviano, subir empedrado y bajar por la general 3 veces.
Intento hacerme responsable del ritmo en la subida, para que la cabeza de carrera no se acerque por detras y nos tumben de la lista. Poco a poco el grupeto va reduciendo su numero. Mientras Hilario rodando por delante.
Llegada la ultima subida, decido lanzar a John al sprint pues no hay gas para nada mas.
Finalmente y contra-pronostico, entro en el lugar 71º de los 115 que comenzamos la carrera. Ultimo clasificado, pero contento por haberlo hecho en esas circunstancias.
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